Las Dioxinas y Furanos

Las dioxinas y furanos son compuestos químicos organoclorados (es decir, con diferentes grados de cloración). Estos compuestos son contaminantes persistentes con un potencial tóxico elevado y características muy marcadas, como su baja solubilidad en agua y alta solubilidad en solventes y grasas (característica propia de su naturaleza química). También son contaminantes con una baja taza de volatilidad y altamente foto-degradables en presencia de hidrógeno.

Las dioxinas y furanos tienden a bioacumularse en los animales, específicamente en los tejidos adiposos de estos. Como consecuencia de esta acción, se encuentran grandes concentraciones en los niveles más altos de la cadena alimentaria, participando inherentemente en la dieta de los humanos.

Las dioxinas y furanos se forman en la quema de madera, debido a la reacción entre compuestos fenólicos producidos por la combustión incompleta de la lignina presente en la madera, papel, cartón, etcétera; con el ácido clorhídrico producido principalmente en la combustión de plásticos que contienen cloro, como el PVC (policloruro de vinilo), en la incineración descontrolada de residuos peligrosos y hospitalarios. Sin embargo, también se generan en procesos naturales como las erupciones volcánicas o los incendios forestales
Estos también pueden ser subproductos no deseados de algunos procesos industriales, tales como la fundición; los usos del cloro, como por ejemplo en el blanqueo del papel, y la producción o uso de los herbicidas y plaguicidas

En altas concentraciones, este tipo de contaminantes, según señala la Organización Mundial de la Salud, producen desde lesiones cutáneas hasta alteraciones funcionales hepáticas, pasando por alteraciones inmunitarias e incluso del sistema nervioso en desarrollo. Además, algunos de estos contaminantes engrosan la lista de agentes cancerígenos.

Esta es nuestra solución:

Considerando todo lo anterior, nuestra solución e impacto positivo a la generación de dioxinas y furanos, por la incineración descontrolada de residuos o materiales, fue trabajar en el control de la combustión, en la separación y dosificación de los residuos en origen o en la fuente de generación. Razón por la cual hemos formulado 42 opciones de Combustible Derivado de Residuos (CDR), las cuales fueron elaboradas a la medida de los sistema de combustión o control del consumidor. Nos basamos en la identificación de los materiales y residuos con alto contenido de cloro y las dosificaciones permitidas por el consumidor, de manera tal que no supere cierto porcentaje al ingresar en la carga del sistema de termo-destrucción (hornos o calderas). Estas cantidades deben estar correctamente relacionadas e integradas con los otros materiales, para así lograr un poder calorífico igual o superior al del carbón.

La elaboración de nuestro combustible derivado de residuos, al cual hemos llamado ECOFUEL, se formula cuidando cada uno de sus componentes y subproductos, a través de ayudas mecánicas, magnéticas, bandas trasportadoras y recurso humano, quienes le imprimen un excelso cuidado al desarrollo del combustible, con el fin de lograr excluir los precursores de dioxinas y furanos. De esta manera, logramos proteger a los consumidores de las emisiones no deseadas en sus sistemas de combustión. Adicionalmente, aportamos a la reducción de otros contaminantes tales como NOx, SOx y CO2, al momento de la combustión, sin dejar de lado que es un combustible de carbono neutro, haciéndole Eco a la Sostenibilidad.

Redactado por: Mateo A. Castañeda (Coordinador I+D)
Revisado por: Jorge E. Vargas (Director I+D).